Filosofía
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Juana Amuskibar Arriaran (“Juanita”, Bergara 1922-Zarautz 2016) Tan Bergaresa como su apellido. Juanita era mi abuela.
Nos inspiramos, a menudo, en personajes importantes y referencias externas, pero yo he tenido la gran suerte de tener un ejemplo maravilloso en la vida, mi abuela Juanita.
Mi abuela perdió a su amatxo kuttuna (madre querida) a los 3 años, contagiada por tuberculosis, al cuidar de sus familiares, como se esperaba de las mujeres de aquella época (bueno, y también hoy en día). A los 13 años llegó a su vida la guerra civil. Vio como sus familiares cercanos huían lejos y fue testigo, de cómo tanto a ella, como a quienes se quedaron, les arrebataban todo (incluso a muchos la vida), el Franquismo la obligó a trabajar bajo violencia, siendo tan solo una niña. Tuvo una vida dura y llena de dificultades, pero mi abuela nunca perdió la sonrisa y las ganas de vivir, hasta su último aliento.
Era una mujer valiente, sin miedo, la necesidad no la derrotaba y siempre sabía cómo salir adelante, incluso puso en marcha varios negocios para sobrevivir, era muy avanzada para su época. Aunque entonces no se hablaba en estos términos, mi abuela era, sin duda, feminista, conociendo su forma de ser y actuar, no se puede decir lo contrario, muy adelantada a su tiempo, mujer de izquierdas y defensora de todo derecho y libertad.
Humilde, pero sin dejarse humillar, y con un sentido del humor incomparable, no podías aguantar a su lado sin reírte a carcajadas. Generosa, como nadie, si conocía que alguien sufría necesidades (sobre todo, mujeres y niños/as), era capaz de ofrecer su colchón, aunque ella tuviera que dormir sobre el suelo.
Ella es y será siempre mi fuente de inspiración y mi ejemplo. Aunque la idea de emprender me ha generado mucho respeto, ella ha sido la fuerza necesaria para que haya decidido seguir adelante, por ese motivo, este despacho se llama: Amuskibar Abokatu Bulegoa.